jueves, 9 de diciembre de 2010

Esto también pasará


Todo pasa y pase lo que pase, no pasa nada, así que para que seguir peleando.

Cuánto quisiéramos que aquellos momentos en los que somos tan felices duraran para siempre. Aquellos momentos en los que nos sentimos completamente plenos, confiados, llenos de fe, seguros de nosotros mismos, admiramos lo que somos y podemos ser, aquellos momentos en los cuales estamos enamorados; en los cuales somos tan felices que nos resulta completamente natural apreciar la belleza de las flores, disfrutar de una tarde soleada, agradecer todas bendiciones que tenemos en la vida y creemos que la vida es simplemente maravillosa. 

Pero a quien no le ha pasado que justo cuando todo va de maravilla, de repente, como por arte de magia, todo empieza a cambiar, y ese entusiasmo se empieza a convertir en apatía, la fe, poco a poco en desesperanza, la paz empieza a desaparecer y el estrés se vuelve a apoderar de nosotros, nos cuesta trabajo ver las cosas hermosas de la vida. Después de un periodo de haber estado completamente enamorados, de repente, empezamos a ver toda la oscuridad de nuestra pareja y esas mariposas se van. Un día amamos, un día odiamos. Un día nos vemos al espejo y nos encanta lo que se refleja, al día siguiente queremos ser todo menos esa imagen en ese mismo espejo. Un día ese trabajo que nos encantaba, deja de ser tan interesante, ahora se ha vuelto aburrido, en fin…

Si nos damos cuenta, realmente, todo en la vida pasa, nadie se ha quedados un año en estado de euforia absoluta, así como es muy difícil que alguien este enojado 200 días seguidos. Lo único que no cambia es el cambio mismo, cada momento de nuestras vidas ha pasado y nunca jamás regresará, aunque tratemos de aferrarnos a él. Aunque tratemos de aferrarnos a la euforia, esta pasará, aunque tratemos de resistirnos a la tristeza, esta llegará, y tal y como siempre ha pasado, todo lo que siga pasado en tu vida, pasará. 

Este fenómeno es descrito de manera perfecta en la Ley del Ritmo: “Hay siempre una acción y una reacción; un avance y un retroceso; una elevación y un hundimiento; un incremento y un decrecimiento manifestados en todas las partes y fenómenos del universo… La noche sigue al día, y el día a la noche. El péndulo oscila de verano a invierno, y entonces da vuelta de nuevo.” El Kybalion


Es así, que conforme entendemos este fenómeno: la impermanencia de todo, que la próxima vez que estemos eufóricamente felices nos podremos acordar que ese momento va a pasar, y cuando entremos a un momento de oscuridad absoluta nos podremos recordar que también pasará, y que además, ésta oscuridad es el motor de nuestras vidas, lo que nos mueve a una vez más buscar la luz, la felicidad, la sonrisa y la celebración. Comenzamos a entender y a integrar la polaridad en nuestras vidas como algo completamente natural. Y así podemos pararnos desde el lugar del testigo y observar los ciclos de nuestra vida como observamos la marea subir y bajar. Teniendo la certeza de que ESTO TAMBIÉN PASARÁ.

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